En una época tan informatizada como en la que nos encontramos, cada vez es más habitual mantener el control de nuestras cuentas desde la propia red, sin necesidad de acudir al banco como hacíamos antaño. Aunque se trata de una opción muy cómoda, hay que ser conscientes de que también supone ciertos riesgos para nosotros, de los que nos debemos proteger.
Por ejemplo, si no nos encontramos debidamente informados sobre los peligros que puede tener facilitar nuestros datos en ciertas páginas, corremos el riesgo de dar información personal a delincuentes online que sólo quieren robar nuestros datos para hacerse con nuestras cuentas, nuestro dinero, etc.
Jamás hay que dejarse llevar por anuncios engañosos que nos prometen descuentos milagrosos en tan sólo un click, ni tampoco los famosos correos electrónicos en los que se nos pide iniciar sesión en nuestras cuentas bancarias, ya que son algunos de los ejemplos más comunes de estafa en internet que nos podemos encontrar actualmente.
Si algo no nos parece seguro o tenemos dudas, lo mejor es contactar con las autoridades pertinentes para averiguar si se trata de una estafa. En caso de serlo, lo más aconsejable es denunciar para que el resto de usuarios lo tengan en cuenta y eviten ese tipo de páginas.
Medidas para proteger las cuentas bancarias
Entre todas las cosas que podemos hacer para proteger nuestras cuentas y nuestra información personal, la primera de ellas es disponer de contraseñas complicadas de averiguar. Olvidémonos de las típicas contraseñas con el nombre de nuestra mascota acompañado de números.
Lo que necesitamos son contraseñas diferentes para cada cuenta, que no incluyan información personal sobre nosotros como la fecha de nuestro cumpleaños o la edad que tenemos. Cuanto más largas y enrevesadas sean, mejor, siempre y cuando nosotros seamos capaces de recordarlas, por supuesto.
Además de asegurarnos de que nuestras contraseñas se encuentran bien cifradas y son difíciles de averiguar para otras personas, es importante hacer uso de la autenticación en dos pasos. Se trata de un complemento adicional para aumentar el nivel de seguridad que aportamos a nuestras cuentas.
Generalmente, esta autenticación suele ser un mensaje de texto que se envía directamente a nuestro smartphone, en el cual se incluye un código que debemos introducir para poder acceder a nuestras cuentas. De esta manera, nos protegemos por completo ante intentos de hackear nuestra cuenta al averiguar la contraseña, porque también será necesario el código enviado por SMS a nuestro propio teléfono, al cual sólo podremos tener acceso nosotros.
Por último, pero no menos importante, debemos tener todos nuestros equipos electrónicos, como el ordenador, la tablet o el smartphone, debidamente actualizados y protegidos con un antivirus de calidad. Si no contamos con este tipo de protecciones, es posible que suframos el ataque de un pirata informático tarde o temprano.
En estos casos, hay que ser prudentes y no confiarse creyendo que se trata de una situación que es imposible que nos suceda a nosotros. Hay que recordar que nos jugamos el futuro de nuestras cuentas bancarias y que si nos hackean podemos pasar por un auténtico infierno antes de que la situación se solucione.