Al lector tal vez le sorprenda saber que el número de cuentas bancarias sin uso, cuentas olvidadas como se podrían definir, se cuentan por decenas de miles. Tal vez, pensando un poco, descubra incluso que él mismo posea alguna cuenta no cerrada de la que había perdido toda noción, o, en casos más extremos, haya sido uno de esos desafortunados a los que años después una reclamación de descubierto les recuerda la cuenta que no cerraron en su momento.
Sea como fuera las cuentas abandonadas generan todos los años un buen puñado de disgustos y (en mucha menor medida) algunas sorpresas agradables. Merece la pena repasar que es lo que ocurre con estas cuentas cuando nos olvidamos de ellas y cómo pueden acabar repercutiendo en nuestras economías domésticas.
En este post revisamos las Cuentas online vs Cuenta offline ¿Cuáles son más rentables?
Aunque nosotros nos habíamos olvidado de la cuenta, la cuenta no se habrá olvidado de los otros. Esto significa que si se trata de un producto que genera condiciones y gastos, o se tratará de un producto donde se ha aceptado una domiciliación que nos deja la cuenta negativo, o cualquier cuestión en nuestra contra y a favor de la entidad, el minutero seguirá corriendo y la deuda aumentando.
Se dan, y es mucho más frecuente de lo que pensamos, situaciones complicadas al haber olvidado cerrar determinadas cuentas bancarias antes de un traslado o cambio de domicilio no comunicado a la entidad. Esto va a significar que la entidad en todo caso seguirá enviando comunicaciones a su antiguo domicilio, que no serán respondidas y que a la larga, y dependiendo de cómo haya evolucionado la posible deuda, derivará en acciones legales por parte de la entidad.
Si la entidad durante este proceso, en el que se supone debemos dinero, no se molesta en tratar de averiguar nuestra nueva dirección, en el hipotético caso de que nuestra cuenta hubiera quedado con saldo en positivo ya nos podemos imaginar que tampoco va a molestarse en buscarnos.
Al cabo de un período de ninguna actividad y no reclamación (20 años) estas cuentas inactivas y abandonadas pasarán a ser propiedad del estado perdiendo su antiguo propietario todo derecho sobre las mismas.