Si le preguntáramos ahora mismo cuántas cuentas bancarias posee ¿está seguro que se acordaría de todas? ¿Está seguro de haber cancelado todas las cuentas que ha ido dejando de utilizar en el tiempo?
No hacemos esta pregunta de manera gratuita, es un hecho comprobado, que existe un número enorme de las llamadas cuentas abandonadas, que son cuentas que hemos ido abriendo y olvidando a lo largo del tiempo, y que en algunos casos no nos van a generar mayor problema que la sorpresa que puede ser encontrarse con una cuenta donde uno ya no se acordaba, pero que en otras circunstancias pueden haber generado verdaderos problemas, cuando no deudas que no conocíamos.
No estamos ante una circunstancia extraña. Existen situaciones en las que se dan por cerradas cuentas bancarias sin haber realizado la operación física de liquidación, cuentas en las que tal vez los costes resultaban imperceptibles por pequeños, pero que a lo largo del tiempo, no sólo se han ido acumulando sino han ido generando un saldo deudor que a su vez, con las penalizaciones y comisiones que los impagos generan, ha ido creciendo hasta formar una deuda que puede llegar a ser relativamente considerable, pero, lo que es peor, que puede llegar a ser una deuda desconocida por la cual incluso acabemos en un fichero de morosidad sin saberlo.
Obviamente se tienen que dar circunstancias concretas para que esto ocurra, cambio de domicilio, cambio de ciudad o de país, cambio de entidad financiera, pero debemos recordar que vivimos en un país en el que el usuario medio a lo largo de su vida cambia de entidad financiera en repetidas ocasiones, y posee de media productos de varias entidades financieras diferenciadas.
Así que, para evitar encontrarnos en algún momento con una sorpresa desagradable, conviene hacer un repaso por aquellas cuentas que hayamos ido abriendo a lo largo de nuestra vida, y comprobar que las hemos cerrado, se trata de operaciones relativamente simples que podemos hacer en una consulta directa con las entidades financieras; cerrarlas no es complejo, no cerrarlas puede llegar a serlo.