Los usuarios de bancos y cajas que tienen contratados productos de ahorro, muchas veces se encuentran con un problema a la hora de renovar sus fondos. Los más conservadores, si tienen una cuenta que les genera algún rendimiento, suelen prorrogar las condiciones en el mismo producto e inmovilizarlo antes de cometer algún paso en falso que les genere un dolor de cabeza.
Esto puede ser un error, porque lo que hacemos en ese caso es simplemente quitarnos el problema de encima y seguir adelante, pero muchas veces esto conlleva errores básicos. Veamos, las alternativas que tenemos a mano, y que no conllevan riesgo alguno, sino tomar el toro por donde merece ser cogido.
En innumerables ocasiones, la banca nos ofrece promociones con brillo fugaz, pero que a la larga no nos benefician, por ejemplo, regalos por incrementar el saldo de la cuenta, pero que requiere de inmovilizarlo por un período no menor a 6 meses. Esto quiere decir que no recibiremos metálico como retribución por llevar más dinero del que teníamos hasta el momento en la entidad, y además, este tipo de pagos, también se encuentra alcanzado por Hacienda.
Quiere decir que teniamos 5.000 euros, pero tuvimos que aportar unos 3.000 más, lo cual nos llevará a dejar quieto unos 8.000 euros, porque nos obligan a mantener las posiciones en la entidad, sino perderemos. ¿Qué nos dan como pago? Un artículo que hasta el momento no necesitabamos (o sí) pero que no nos cambia la vida tenerlo o no.
En definitiva, negocio para el banco, porque ultiliza nuestro dinero y no nos paga en metálico (muchas veces esos artículos les cuesta nada porque tienen acuerdos publicitarios).
¿Qué otra opción tenemos? Una de las más efectivas, y con menor riesgo es destinar esos fondos que nos ofrecen aportar extraordinariamente a otro producto. Los más comunes, una cuenta remunerada, o un depósito a plazo.
Ambas opciones son interesantes porque en primer lugar nos pagarían un tipo de interés más alto que el del incremento, las mejores ofertas son muy jugosas, recibiremos la paga en metálico y además, diversificar la inversión para hacer trabajar nuestro dinero es una magnífica oportunidad para probar nuevas ofertas, y no dejar todos los huevos en la misma canasta.
