Considerar a la Reunificación de Deuda como una solución mágica puede ser un mal remedio que acabe empeorando la enfermedad. Resulta básico antes de solicitar uno de estos productos conocer sus ventajas pero también aquellas otras cuestiones no tan positivas.
Debemos saber en primer lugar, que no estamos ante un producto novedoso o de reciente lanzamiento, la oferta de reunificar las deudas financieras se han mantenido a lo largo de los años, aunque, es cierto, los formatos podían ser diferentes en las ofertas. Actualmente puede ser un producto qué, con otras formulas estéticas, se nos ofrezca incluso a partir de vinculaciones con entidades con la repercusión que conlleva para las finanzas personales.
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También es cierto que la proliferación de productos específicos para reunificar deuda de estos últimos años no tiene comparación con períodos anteriores. Es normal, debemos entender que se trata simplemente de una respuesta a la necesidad generada por el endeudamiento a crédito de muchas economías domésticas.
¿Reunificación de deuda?
Una propuesta de un crédito para reunificar una deuda va a permitir realizar lo que a priori parece una buena idea; unir todos los pagos de los diferentes productos de financiación que se poseen en uno solo, unificar el interés y el plazo de amortización y obtener de este modo una única cuota que abarque el global de las deudas parciales anteriores.
En este tipo de productos, generalmente, viene a posibilitar la ampliación de los plazos de amortización sobre los parciales ya existentes.
De esta manera quien accede a reunificar su deuda a través de un crédito específico puede ver cómo disminuye su presión de pagos ya que, al unir todas las amortizaciones mensuales en una y alargar los plazos de amortización, habitualmente va a disminuir el importe mensual al que tiene que hacer frente. Y esta es sin ninguna duda la principal ventaja que este tipo de productos pueden aportar.
Realmente debemos tener claro que se trata de una herramienta orientada a un perfil muy concreto de personas: quienes no pueden hacer frente a sus deudas o se encuentran en una alta situación de dificultad. En caso contrario, este tipo de herramientas no sólo pueden no ser aconsejables sino que incluso pueden acabar encareciendo mucho nuestros productos de financiación.
Por tanto, partiendo de esta base, hay que tener en cuenta que debemos mirar la reunificación de deudas como una herramienta de último recurso, cuando incluso se han agotado opciones de negociación con las propias entidades financieras donde poseemos la deuda.
Lógicamente, la primera gran ventaja de la reunificación de deuda es agrupar en torno a un único acreedor toda la deuda. Además, esto suele venir acompañado con un alargamiento de los plazos de amortización que hace más llevadero asumir las cuotas de la deuda, pero, obviamente, encarece el producto debido a un mayor periodo de tiempo aplicando unos intereses que, también generalmente, suelen ser mayores.
Es decir, sacrificamos tiempo y aumento de intereses, y carecemos el producto pero a corto plazo reducimos nuestros gastos inmediatos en forma de amortización de préstamos.
Hay dos grandes grupos alrededor de la reunificación de deuda:
La reunificación no hipotecaria
Se trata de una reunificación de deudas que puede realizarse a través de un préstamo personal. Habitualmente, se procede a partir de la solicitud de un préstamo personal con el valor del total de la deuda acumulada y que resulte suficiente para cancelar el resto de préstamos incluyendo gastos y comisiones.
Aquí hay que tener claras algunas cuestiones. La primera es que esta reunificación supone el coste de contratación de un nuevo préstamo con sus gastos y con una nueva aplicación de intereses. Por otro lado, es obligatorio repasar bien antes de hacer nada las condiciones de liquidación de los préstamos o productos de financiación contratados que queremos liquidar.
Ten en cuenta que muchos productos financieros, sobre todo de financiación, presentan gastos de liquidación o subrogación, gastos en forma de comisiones de cancelación o amortización. Incluso, podemos encontrar algunos productos en los que se nos puede llegar a exigir el pago de los intereses comprometidos en caso de cancelación.
Todo esto significa que al final es muy probable que en una reunificación de estas características necesitemos financiar bastante más dinero del que supone a simple vista la deuda.
Obviamente se trata de una fórmula que sólo sirve para pequeñas cantidades de dinero. Esto puede modificarse de algún modo cuando aparece la figura del avalista, cuando el avalista responde con sus bienes e ingresos la deuda adquirida por el deudor el préstamo puede facilitarse: pero no siempre acaban concediéndose.
La reunificación hipotecaria
Se trata de la herramienta más utilizada para la reagrupación de deudas de particulares en nuestro país. Obviamente tiene sentido esta extensión de una herramienta que en otros países apenas se utiliza si tenemos en cuenta la enorme cultura de la propiedad de inmuebles de nuestro país. Realmente lo que estamos planteándonos en un proceso de reunificación de deuda hipotecaria es utilizar nuestra vivienda como garantía de pago en caso de no afrontar las deudas.
Este tipo de reunificación lo que propone es solicitar una hipoteca utilizando una vivienda del deudor para, con el importe conseguido, cancelar las deudas presentes. A primera vista esto tiene sentido ya que las hipotecas tienen mejores condiciones financieras para el bolsillo del deudor que un préstamo personal. Obviamente la garantía de la vivienda pesa en este sentido.
Hay que tener en cuenta que este tipo de opción no es viable tampoco en todos los casos para todo tipo de personas que posean una vivienda. En primer lugar la vivienda no debería tener hipoteca vigente o esta debería estar en las últimas fases de sus plazos de amortización. En segundo lugar el banco puede considerar que el valor de la vivienda hace que no sea seguro cubrir determinada cantidad de deuda, o, simplemente, no considera la operación rentable y si con mucho riesgo.
También aquí hay que tener claro que se pueden generar un montón de gastos adicionales, tanto relativos a la cancelación de las deudas anteriores, como los que conllevará la firma de una nueva hipoteca, notaría, gestoría, impuestos, registro de la propiedad… Por otro lado es muy probable que al constituir una nueva hipoteca se te obliguen a contratar productos en paralelo como los seguros de hogar o seguros de vida, productos que tal vez ya tenías contratados a mejor precio o que directamente no te interesan en ese momento de su vida.
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¿Tiene desventajas la Reunificación de deuda ?
Obviamente sí. La primera gran desventaja es que nunca se trata de un producto barato con lo que esto afecta a las finanzas personales. A pesar de lo que pueda parecer en primera instancia por la reducción de las cuotas mensuales, esta reducción se logra generalmente a partir de la prolongación de los plazos de amortización, ya que, los créditos de reunificación de deuda no suelen ser precisamente baratos y vienen acompañados de comisiones ciertamente elevadas en comparación a otros productos de financiación.
Pero esta no es la única cuestión a tener en cuenta. A pesar de que a veces se vende una imagen diferente, la reunificación de deuda no es válida para todo tipo de préstamos, por ejemplo no lo es para el hipotecario, donde en todo caso se podrá dar una revisión de la hipoteca o una subrogación de la misma a otra oferta con otras condiciones. Generalmente cuando se nos ofrezca una reunificación de deuda hipotecaria será bajo una de estas premisas:
- La concesión de una segunda hipoteca incluyendo las deudas no hipotecarias
- La ampliación de la hipoteca englobando las deudas no hipotecarias
- Cancelación de la hipoteca y solicitud de nueva hipoteca incluyendo deudas no hipotecarias
En los tres casos como podemos comprobar no se trata de un crédito específico; es decir, no es un crédito de reunificación de deuda sino más bien una renegociación sobre la hipoteca, algo diferente.
Si se nos ofrece un crédito de reunificación de deuda para el resto de nuestra deuda hipotecaria en conjunto con las demás deudas no hipotecarias, se nos está ofreciendo un producto distinto, a un precio habitualmente muy elevado y que hay que revisar concienzudamente.
¿Reunifico o no?
Debe realizar un análisis realmente profundo antes de tomar esta decisión. Efectivamente una reunificación de deuda, bien a través de las entidades financieras y los puntos hipotecarios o bien a través de los puntos de financiación específicos, puede ser una solución momentánea que alivie la presión de la deuda financiera en la economía doméstica, sin embargo, a medio plazo no solo va a significar un gasto mayor sino que simplemente puede convertirse en un aplazamiento de los problemas.